jueves, 21 de mayo de 2015


Reporte de la sesión número 31 del día miércoles 20 de mayo

1.- Iniciamos la clase haciendo comentarios sobre uno de los artistas pintores que se ubican en el Simbolismo que antecede al PosImpresionismo, nos referimos a Bertrand-Jean Redon, mejor conocido como Odilon Redon. Decíamos que a este autor debemos reconocerlo como uno de los que (no se mencionan mucho en la historia dominante del Arte) fueron hasta cierto punto destacados por usar algunos elementos simbólicos en su obra, pero no en un código tan críptico, sino en alusiones a personajes míticos o de ficción literaria. De ahí que, mostramos su obra de los Cíclopes (1898), El Espíritu Guardian de las Aguas (1878), y finalmente, El Caliban (1881).
Paul Gauguin, Nafea Faa Ipoipo, (When you will marry?); 1892. Comprada en 300 millones de dls., febrero, 2015

2.- Posteriormente, hicimos una introducción hacia uno de los subtemas del curso, nos referimos al PosImpresionismo, cuyo motivo nos llevó a revisar la obra de uno de los autores más pólemicos del cierre del siglo XIX en el arte; específicamente, en la pintura. Por tanto, abrimos nuestra carpeta de imágenes para revisar varias de las obras de Henri Rousseau. De este autor dijimos que se podrían decir muchas cosas en torno a él pues se trata de una de las personalidades más enigmáticas e intrigantes del circuito del arte en Francia. Hicimos un atadillo de datos alegóricos sobre su obra y sus pormenores históricos, pero hicimos énfasis en al menos cuatro de sus obras más importantes o trascendentes en la historia del Arte, a la sazón, las siguientes: El Tigre en la Tormenta (1891), El Sueño (1910), La Gitana y el León (1897), La Guerra (1894)

3.- Previo al análisis sobre algunas de las obras de Paul Gauguin, regresamos a ver imágenes de Vincent vanGogh, e hicimos una revisión en un par de obras capitales del autor, nos referimos a Los Cuervos en el Trigal (1890), y una de sus pinturas de La Habitación de Vincent (en específico, la conocida como La Habitación en Arles) de 1889. VanGogh nos sirvió para hacer comentarios sobre lo que podríamos indagar sobre la simbología que se construye al momento que volvemos la vista hacia los objetos de una vida cotidiana que nos tienen en un mundo más inmediato y no tan lejano como el utópico paisaje. Por eso usamos estos dos ejemplos, porque uno nos remite a la evasión, mientras que el espacio de nuestro dormitorio es más contingente y al mismo tiempo más sujeto a una condición de cuestionamiento o crisis existencial.

 Henri Rousseau, Le Reve, 1910


4.- Terminamos haciendo una breve introducción a la obra de Paul Gauguin, de quien referimos parte de su vida parisina como burócrata de especulación bursátil, y que al igual que algunos pintores románticos, se escapan de una realidad, huyen, y se refugian en un mundo utópico que les va a permitir entonces desarrollar un potencial en otros ámbitos de la creatividad; como lo hizo Gauguin al huir hacia Tahití. Vimos algunas de sus obras más trascendentes, e hicimos comentarios sobre ellas, en específico, sobre las que en un determinado momento crearon polémica, tales como: Un Espíritu en la Víspera de la Muerte (1891), El Cuervo del Nuncamás (1892), La Natividad (1895). Dejamos pendiente todavía algunos detalles sobre la extensa obra y la vida e influencia de este pintor en un nuevo derrotero en el arte del siglo XX.    

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