martes, 24 de marzo de 2015


Reporte del día lunes 23 de marzo, sesión número 18.

1.- Se inició la clase haciendo alusión a

Gustave Courbet, El Sueño, 1866
Gustave Courbet, Mujer con Perico, 1866
El nuevo sujeto histórico de la modernidad del siglo XIX  se constituye en el triunfo de la burguesía, que Hegel lo expresa. Y a partir de este sujeto, se compone una nueva forma de visualidad que ubica al nuevo sujeto pero desde la condición del pensamiento moderno que identifica al proletariado como otro nuevo sujeto histórico, ya no solo la burguesía como tal. El proletariado es quien trabaja con la materia, quien supone el cambio en una nueva escena de la política social europea, es Marx quien piensa desde la proximidad del nuevo personaje laboral con la materia.
Se hace mención del Manifiesto Comunista, y al mismo tiempo, de lo que deviene en un análisis sobre las formas inducidas de la economía política y la política vertida en torno a la economía. Ambas diferentes en el sentido propio de sus intereses.
En este contexto, Gustave Courbet lo vamos a identificar, como uno de los líderes que van a romper relación con la condición idílica del sujeto romántico que en los inicios del segundo tercio del siglo, está por encontrarse con un nuevo planteamiento de pensamiento marginal, que identifica las características de lo que es una idiosincrasia y una ideología dominante.
Este fue pues, a grandes rasgos, la introducción a la obra de Courbet, y a la sección de la Unidad, que nos pone en contexto con el Materialismo en el arte del siglo XIX.

2.- Vimos entonces, ejemplos de la obra de Courbet que mencionamos acorde a contexto y analogías. El Estudio del Artista, El Entierro de Ornan, Los Picapiedra y El Sueño.  

3.- También hicimos mención de la obra de Martin Jay, Los Ojos Abatidos, de donde habríamos de tomar prestada la idea de la evolución de una visión y una visualidad en el siglo XIX, para entender a grandes rasgos cómo la forma de ver en una recién implementada cultura de la visualidad, crea un aparato ideológico bajo preceptos de una modernidad en el ethos del criterio de verdad de los sentidos.


4.- Las ideas de lo que suponemos como la imagen remitente de la objetividad o de la condición indefectible de una realidad, nos llevó a discutir sobre el problema de la veracidad de la imagen. Por tanto, nos pone en el dilema de lo que se cree a partir de la lo que se supone es el factótum de la realidad: la imagen tal cual.
Pero decíamos también, que es la misma imagen la que nos pone en un predicamento que nos orilla hacia lo que no se cree como posible y al mismo tiempo, hacia lo que es creíble pese a que no se demuestre con imágenes. Dios es posible sin imágenes entonces.

5.- Quedaron pendientes algunas imágenes que se puede ubicar en el contexto del materialismo de la época: Los Pasajeros en el Vagón de Daumier, y la Bendición de los Alimentos (el Ángelus) de Millet. 

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